domingo, 25 de marzo de 2012

 La Vocación Sacerdotal

Es importante mencionar que, el sacerdote es un hombre llamado por Jesús a ser todo para todos. Es un ministerio que se realiza como colaboradores del Obispo, sucesor de los Apóstoles. El sacerdote recibe el sacramento del Orden Sacerdotal mediante la imposición de las manos.
Sustentación:
Así como se dijo en la parte superior, la imposición de manos es realizado desde el principio por los Apóstoles, le une a una cadena sucesiva de hombres que han guardado la fidelidad a la tradición de la Iglesia; es decir, han querido ser fieles a los orígenes del cristianismo. El Seminario es una comunidad de fe, formada por los superiores y aquellos jóvenes que se sienten llamados por el Señor al sacerdocio. Todos los sacerdotes han de colaborar desde las comunidades parroquiales o sectores pastorales que tienen encomendados mediante la oración su seminario,  a través de una pastoral vocacional que con la gracia de Dios dé los frutos que su Iglesia necesita. El sacerdote tiene en la comunidad tres funciones básicas:
  1. Predica la Palabra: Habla en nombre de Jesucristo para que quienes le escuchan le conozcan y se puedan convertir a él.
  2. Preside los Sacramentos: Actúa en nombre de Jesucristo ante la comunidad. Preside la Eucaristía en la que proclama la Palabra de Jesús y parte y reparte a la comunidad el Cuerpo de Cristo, perdona los pecados, en nombre de Dios, y así en los demás Sacramentos.
  3. Es Pastor y Guía del Pueblo: Aconseja, reprende, ilumina la fe, etc. Es decir, es el buen pastor que conoce a las ovejas y estas le conocen a él.
Aporte personal:
El Seminario es la institución que, por mandato del Arzobispo, forma según las normas de la Iglesia a los futuros sacerdotes. El Seminario es el corazón de la Diócesis, pues a través de él nuestra Iglesia particular realiza el deber propio y exclusivo de formar a los que van a ser sus sacerdotes. Por ello, toda la comunidad diocesana y cada miembro de ella deben asumir su específica responsabilidad con el Seminario.
Santa Clara de Asís: Clara significa: "vida transparente”, “El amor que no puede sufrir no es digno de ese nombre" -Santa Clara. De sus cartas: Atiende a la pobreza, la humildad y la caridad de Cristo. Clara nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual. La conversión de Clara hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. En 1210, cuando ella tenía 18 años, San Francisco predicó en la catedral de Asís los sermones de cuaresma e insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. Al oír las palabras: "este es el tiempo favorable... es el momento... ha llegado el tiempo de dirigirme hacia El que me habla al corazón desde hace tiempo... es el tiempo de optar, de escoger..", sintió una gran confirmación de todo lo que venía experimentando en su interior. Santa Clara se fuga de su casa el 18 de Marzo de 1212, un Domingo de Ramos, empezando así la gran aventura de su vocación. Se sobrepuso a los obstáculos y al miedo para darle una respuesta concreta al llamado que el Señor había puesto en su corazón. Llega a la humilde Capilla de la Porciúncula donde la esperaban Francisco y los demás Hermanos Menores y se consagra al Señor por manos de Francisco.

Ana Bella Macdaniel Lizarazo
Décimo D


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