Dios en la vida del joven
Durante la juventud muchos de
nosotros (jóvenes) atravesamos por una
etapa de ambiciones, tales como: sabiduría, influencia, fama, riqueza etc. Y al final, nuestras ambiciones nos dirigen
por un camino específico, el que seguiremos a lo largo de nuestra vida, lo
importante aquí es que este camino no solo nos ayude a alcanzar el objetivo que
deseamos, sino que este camino sea correcto, sea el adecuado para conducirnos
hacia la felicidad; un camino limpio. Pero ¿cómo lograremos conseguir un camino
limpio? es entonces cuando debemos analizar: “Camino” es un lugar de paso, que
tiene dirección, fin y que debe ser continuo, es decir, cada cosa que hacemos
debe estar encadenada con la que hicimos y haremos, en otras palabras, debemos
ser consecuentes con nuestros actos y nuestros pensamientos. Para enderezar
nuestro camino o evitar que este tome un rumbo diferente, debemos alejarnos del
pecado y acercarnos a Dios, solo así el camino que empezamos a seguir desde la
juventud, se limpiará. Sabemos que esta es una etapa de tentaciones y grandes
paciones y que fácilmente podemos entrar en momentos de duda y angustia, pero
es precisamente en esos momentos en los que debemos apegarnos a Dios, tener una
buena educación, no solo física y mental sino también espiritual pues sólo una
fuerte alianza entre Dios y nosotros nos hará tomar las decisiones correctas y
empezaremos a tener buenos hábitos los cuales nos acompañarán con el pasar de
los años.
¿Cómo un joven purifica su
camino? Basta con que observe tus palabras.
¡Con todo mi corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos!
En mi corazón escondí tu palabra para no pecar contra ti.
¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos!
Con mis labios he enumerado todos los juicios de tu boca.
Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una
fortuna.
Aporte personal: Son muchas las preguntas y dificultades que como
jóvenes tenemos y posiblemente la única solución a estas sea a través de la
cercanía con Dios, esta cercanía la podemos manifestar por medio de la oración
y la respuesta que buscamos tal vez la encontremos en la palabra de Dios, la
cual debe ser de suma importancia en la vida de todo joven que quiera seguir un
por un camino limpio (sin pecado). Dios no quiere que nos alejemos de su lado
pues nos ama profundamente, está dispuesto a perdonarnos y a guiarnos por el
camino correcto.
Teresa de Calcuta:
La Madre Teresa es albanesa de
nacimiento y su nombre original es Agnes Gonxha Bojaxhiu. En el año 1948 la
Madre Teresa adquirió la ciudadanía hindú. A los 18 años de edad, la Madre
Teresa ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en
Irlanda. Recibió su formación religiosa en Dublín, Irlanda y en Dardjiling,
India.
En el año 1931, la Madre Teresa
tomó el nombre de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse Martin quien
fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux. En el año
1937 la Madre Teresa tomó los votos religiosos y enseñó por 20 años en el
Colegio Santa María en Calcuta, India y en el año 1946, precisamente el 10 de
septiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres.
En el año 1948, el Papa Pío XII
le concedió a la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja
independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más
pobres, los enfermos y los hambrientos. La Madre Teresa fundó una congregación
llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a
leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a
ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI
colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del
Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros
países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos,
ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y
orfanatos para los pobres y niños abandonados Sin duda es un ejemplo de
generosidad, humildad. Todo esto es posible porque ha sido una mujer de mucha
oración y sacrificio. Fue beatificada por su Santidad Juan Pablo II, el 19 de
octubre de 2003 en la Plaza de San Pedro.
Maria Alejandra Ramirez
Décimo D
Ok María Alejandra, Gracias por tu trabajo!
ResponderEliminar