domingo, 25 de marzo de 2012


Dios en la vida del joven

Durante la juventud muchos de nosotros (jóvenes) atravesamos por  una etapa de ambiciones, tales como: sabiduría, influencia, fama, riqueza etc.  Y al final, nuestras ambiciones nos dirigen por un camino específico, el que seguiremos a lo largo de nuestra vida, lo importante aquí es que este camino no solo nos ayude a alcanzar el objetivo que deseamos, sino que este camino sea correcto, sea el adecuado para conducirnos hacia la felicidad; un camino limpio. Pero ¿cómo lograremos conseguir un camino limpio? es entonces cuando debemos analizar: “Camino” es un lugar de paso, que tiene dirección, fin y que debe ser continuo, es decir, cada cosa que hacemos debe estar encadenada con la que hicimos y haremos, en otras palabras, debemos ser consecuentes con nuestros actos y nuestros pensamientos. Para enderezar nuestro camino o evitar que este tome un rumbo diferente, debemos alejarnos del pecado y acercarnos a Dios, solo así el camino que empezamos a seguir desde la juventud, se limpiará. Sabemos que esta es una etapa de tentaciones y grandes paciones y que fácilmente podemos entrar en momentos de duda y angustia, pero es precisamente en esos momentos en los que debemos apegarnos a Dios, tener una buena educación, no solo física y mental sino también espiritual pues sólo una fuerte alianza entre Dios y nosotros nos hará tomar las decisiones correctas y empezaremos a tener buenos hábitos los cuales nos acompañarán con el pasar de los años.


¿Cómo un joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras.
¡Con todo mi corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos!
En mi corazón escondí tu palabra para no pecar contra ti.
¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos!
Con mis labios he enumerado todos los juicios de tu boca.
Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una fortuna.


Aporte personal: Son muchas las preguntas y dificultades que como jóvenes tenemos y posiblemente la única solución a estas sea a través de la cercanía con Dios, esta cercanía la podemos manifestar por medio de la oración y la respuesta que buscamos tal vez la encontremos en la palabra de Dios, la cual debe ser de suma importancia en la vida de todo joven que quiera seguir un por un camino limpio (sin pecado). Dios no quiere que nos alejemos de su lado pues nos ama profundamente, está dispuesto a perdonarnos y a guiarnos por el camino correcto.


Teresa de Calcuta:
La Madre Teresa es albanesa de nacimiento y su nombre original es Agnes Gonxha Bojaxhiu. En el año 1948 la Madre Teresa adquirió la ciudadanía hindú. A los 18 años de edad, la Madre Teresa ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en Irlanda. Recibió su formación religiosa en Dublín, Irlanda y en Dardjiling, India.
En el año 1931, la Madre Teresa tomó el nombre de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux. En el año 1937 la Madre Teresa tomó los votos religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio Santa María en Calcuta, India y en el año 1946, precisamente el 10 de septiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres.
En el año 1948, el Papa Pío XII le concedió a la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos. La Madre Teresa fundó una congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados Sin duda es un ejemplo de generosidad, humildad. Todo esto es posible porque ha sido una mujer de mucha oración y sacrificio. Fue beatificada por su Santidad Juan Pablo II, el 19 de octubre de 2003 en la Plaza de San Pedro.


Maria Alejandra Ramirez
Décimo D 












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