martes, 27 de marzo de 2012


  RESPUESTAS AL SENTIDO DE LA VIDA





la vida sin dios carece de sentido

Explicar intelectualmente qué es la vida es muy fácil, cualquiera puede hacerlo. Pero comprender el misterio de la vida, es algo que le compete descubrir a cada cual dentro de su propio corazón. Y comprender se refiere, a que necesitamos comenzar por saber que existen cuatro estados de conciencia: 1º sueño normal; 2º vigilia o levantarse diariamente de la cama; 3º auto consciencia, o consciencia de sí; y 4º conciencia continua. Lo que comúnmente denominamos vigilia, que es el estado en el cual permanecemos durante el día, es una forma modificada de sueño. El hecho de abrir los ojos físicos por la mañana, en ningún momento significa haber despertado conscientemente. Nuestra legión de vicios psicológicos siguen tomando el control de nuestra conciencia: celos, vanidad, rencor, egoísmo, autosuficiencia, etc. Y en este estado egocéntrico, solo muy pocos que los estén eliminando de su psiquis, podrían quizá haber llegado a entrever la vergonzosa realidad de su vida. Solo mediante el autoconocimiento de nuestra conducta diaria, puede revelarnos nuestra realidad interior, con el noble propósito de saber ¿quiénes somos? Observemos cómo nuestros padres, profesores, familiares, amigos, etc. nos dijeron y enseñaron la ética de que nosotros no teníamos ningún valor por sí mismos, ni como simples seres humanos ni mucho menos como personas. Y que si queríamos ser alguien en la de riqueza, conocimiento académico vida deberíamos obtenerlo fuera de nosotros, en nuestro entorno material, en la forma, fama social, belleza física, autoridad jerárquica, sacerdocio, etc. Ellos grabaron en nuestra mente que la única forma de llenar nuestro vacío de valor, estima, aprecio, respeto, etc. era extrayéndolos de las cosas, plantas, animales y personas. Y cuando nuestros padres y hermanos quieren extraer felicidad de nosotros para ser ellos mismos, entramos en crisis de autoestima pues ellos nos exigen lo que no tenemos, porque jamás nos lo han dado. O a la inversa, cuando somos nosotros quienes necesitamos obtener de ellos amor, aprecio, estimación, respeto, etc., no pueden dárnoslo porque tampoco los recibieron de padres, profesores, familiares o amigos. En la vida de cualquier persona siempre llega un momento supremo de crisis, en que nos vemos confrontados a renunciar a nuestros valores y creencias, o renunciar a la vida. Mientras unos se convierten en líderes, otros se dejan consumir por los vicios. Lo paradójico es que mientras ambos siempre tuvieron los mismos problemas y retos, unos pocos nunca pierden la Fe en sí, mientras la inmensa mayoría nunca la conocieron. La ausencia total de valores espirituales, de principios morales, de sabiduría eterna es aterradora. La sociedad se compone de zombis robotizados; de entes mecánicos, inconscientes, estúpidos. Toda acción genera una reacción opuesta pero equivalente. Luego entonces, todos nuestros actos generan una consecuencia, resultado, efecto, reacción, etc. De acuerdo a la causa-consciente o inconsciente- así será el resultado. Y para que haya plena Justicia la Misericordia Divina establece, que las consecuencias de nuestros actos solo las podamos recibir en la siguiente vida. ¿Cómo podría existir una regla de justicia más perfecta que mediante el sufrir o disfrutar lo mismo que hicimos padecer o gozar a nuestro prójimo? La presente vida es el premio y castigo del bien y el mal que hicimos en nuestra vida anterior. Durante esta vida al mismo tiempo que pagamos también generamos nuevas deudas para nuestra vida siguiente. Ninguna persona pueda pagar en su mente ni en su cuerpo las consecuencias o deudas ajenas. Pues solo la persona que las generó tiene la obligación de cancelarlas. Éstas se pagan automáticamente con dolor físico y sufrimiento moral. Pero que la Misericordia Divina ha establecido el arrepentimiento, como la única forma consciente y voluntaria de evitar el karma físico –dolor y sufrimiento-. 




San Isidro

Nace San Isidro Labrador casi finalizado el siglo XI, en 1082, iluminando con su ardiente fe al pueblo de Madrid. Su profundo amor a la Eucaristía, su entrañable devoción a la Santísima Virgen, toda esta vivencia de la Iglesia en plenitud, le impulsa a identificarse con el pueblo, con los niños, con los desvalidos, con los que sufren hambre de pan y del alma, con todas las criaturas de Dios, como adelantado y predecesor del Serafín de Asís.
Sus portentosos milagros, más de cuatrocientos, se contemplan en su Proceso de Canonización. Su caridad ilimitada, hace, que sus contemporáneos le admiren y le veneren como a un Santo, junto a su esposa Maria de la Cabeza, y que llegan a ser un solo corazón y una sola alma; matrimonio que bendice el Señor, concediéndoles un hijo, Illán, que es causa un día de uno de los más portentosos milagros de San Isidro, resucitándole tras precipitarse a las profundas aguas de un pozo. En otra ocasión también devuelve a la vida a Maria de Vargas, hija de su patrón y ahijada suya. La vida del santo matrimonio, encendía más y más el fervor del pueblo de Madrid tras el conocimiento de tantos prodigios.
Muere San Isidro el 30 de noviembre de 1172, sobre los 90 años, y es sepultado en el cementerio de San Andrés, su parroquia.
Cuarenta años después, en 1212 fue descubierto, por revelación divina, su cuerpo incorrupto.
San Isidro es Beatificado por Paulo V el 14 de junio de 1619, fijando la celebración de su fiesta el 15 de Mayo.
Gregorio XV Canoniza a San Isidro el 12 de Marzo de 1622. Sin embargo la muerte del Pontífice hizo que se retrasara la expedición de la Bula de Canonización de San Isidro "Rationi Congruit" hasta el 4 de junio de 1724, firmada por Benedicto XIII.
San Isidro es patrón de Madrid desde 1212, y día de precepto en la capital de España desde 1621.
El Papa Juan XXIII extendió el patronazgo de San Isidro a los agricultores y campesinos españoles por Bula "Agri Culturam" dada en Roma el 16 de diciembre de 1960.



Marcela Estrada Hurtado
10B







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