lunes, 26 de marzo de 2012

Falsos ideales

FALSOS IDEALES



CAUSAS: 
-Falsa de afecto,estima personal
-Creer que la felicidad se encuentra en bienes materiales.
-Falta de iniciativa y voluntad.
-Falta de reflexion sobre la vida.

FALSOS IDEALES:

 1-La busqueda de un cuerpo perfecto como el que aparece en los anuncios nos lleva a despreciar nuestro cuerpo.
 2-El sentirse infeliz con todo lo que se tiene y el ansiar siempre lo que no se tiene.
3-Creer que cuanto mas se tiene mas se gasta y se es mas feliz.

EL SENTIDO DE LA VIDA NO NOS VIENE DADO POR EL MERO HECHO DE NACER. ES EL RESULTADO DE UNA VOLUNTAD Y UNA LUCHA QUE DEBE COMENZAR POR NO DEJARSE EMBAUCAR POR FALSOS IDEALES QUE NO LLEVAN MAS QUE A LA FRUSTRACIÓN

San Francisco de Asis 
San Francisco nació en Asís el año 1182, de padres ricos y burgueses, comerciantes en telas, Pedro Bernardone y madonna Pica. En su juventud se crió en un ambiente de mundanidad y se dedicó, después de adquirir un cierto conocimiento de las letras, a los negocios lucrativos del comercio. Fue un joven alegre y aficionado a las fiestas, pero dentro de la corrección y la honestidad, y por más que se dedicara al lucro conviviendo entre avaros mercaderes, jamás puso su confianza en el dinero y en las riquezas. Dios había infundido en lo más íntimo del joven Francisco una cierta compasión generosa hacia los pobres, la cual, creciendo con él desde la infancia, llenó su corazón de tanta benignidad, que convertido ya en un oyente no sordo del Evangelio, se propuso dar limosna a todo el que se la pidiere, máxime si alegaba para ello el motivo del amor de Dios.

Además, la suavidad de su m
   ansedumbre, unida a la elegancia de sus modales; su paciencia y afabilidad, fuera de serie; la largueza de su munificencia, superior a sus haberes -virtudes estas que mostraban claramente la buena índole de que estaba adornado el adolescente-, parecían ser como un preludio de bendiciones divinas que más adelante sobre él se derramarían a raudales. 

De hecho, un hombre muy simple de Asís, inspirado, al parecer, por el mismo Dios, si alguna vez se encontraba con Francisco por la ciudad, se quitaba la capa y la extendía a sus pies, asegurando que éste era digno de toda reverencia, por cuanto en un futuro próximo realizaría grandes proezas y llegaría a ser honrado por todos los fieles.





 

Daniela Fernandez     10A




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