¿Por qué se alejan los jóvenes de
la Iglesia?
No podemos
olvidar el gran porcentaje de chicos y chicas que en las últimas décadas se han
apartado de la Iglesia. Sin embargo, esto no quiere decir que la Iglesia los
haya perdido. El materialismo y el libertinaje que se acentúan en nuestra
sociedad, son las principales causas de este alejamiento.
Por otra parte, nos encontramos
con un factor curioso, dado que los jóvenes que, en cierta etapa de su
existencia dejan de lado la vida en la Iglesia, con el paso del tiempo regresan
a ella, al darse cuenta de que no hay otra verdad mas que Cristo y su Iglesia.
Podemos decir que el joven, por
su dinamismo y vitalidad, responde rápido a la llamada de evangelizar a los que
no conocen a Dios. Así, nos encontramos con fuertes y sólidos grupos
parroquiales, misioneros jóvenes, catequistas... aquí hay que tener en cuenta,
también, la vida de oración. No se puede ir por la vida simplemente con un
activismo pragmático. Hay que saber compaginar bien la acción con la oración.
Esto depende de la Iglesia, y más concretamente del sacerdote. Allí donde hay
un sacerdote santo y celoso, por lógica se encuentra una juventud santa e
intrépida, capaz de olvidarse de sí misma para entregarse al prójimo sin
medida. Pero por el contrario, allí donde parece que la Iglesia ha perdido a la
juventud, quizás la clave para superar esta escasez está en intensificar la
unión con Dios, para que una vez que el joven llene su corazón de Dios, sienta
un fuego que le queme y le haga transmitir su experiencia a los demás.
Pero también podemos sentir la
nueva primavera de la Iglesia, que viene de la mano precisamente de los
jóvenes. Ellos se sienten hastiados de un vacío existencial que no les ha
llevado a nada, y se comienzan a volver a la fe en espera de una respuesta más
trascendental. No debe dejar de llamar la atención los encuentros masivos del
Papa con los jóvenes, el incremento de los misioneros y el todavía tímido pero
creciente aumento de las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal.
San Pedro Claver:(Verdú, 1580 - Cartagena de Indias, 1654)
Misionero jesuita español que desempeñó una vasta labor evangelizadora en
Cartagena de Indias, bautizando y adoctrinando a los esclavos que llegaban de
África. Canonizado por la Iglesia en 1888 y patrón de Colombia, es llamado, tal
y como él mismo se definió, El apóstol de los negros o El esclavo de los
negros.
Hijo de los labradores Pedro
Claver y Minguella y Ana Corberó, quedó huérfano de madre a los trece años de
edad. Puesta de manifiesto su vocación religiosa, dos años después recibió la
tonsura eclesiástica de manos del obispo de Vic en la parroquia de su localidad
natal, Verdú. Se trasladó a Barcelona para iniciar estudios de gramática en el
Estudio General de la Universidad. A mediados de 1600 o 1601, terminada la
retórica, pasó al Colegio Jesuita de Belén para cursar filosofía. Allí decidió
ingresar en la Compañía de Jesús, y el 7 de agosto de 1602 entró en el
noviciado de Tarragona.
Tras hacer los votos, fue enviado
a Gerona para ampliar sus estudios de humanidades y luego, el 11 de noviembre
de 1605, al colegio de Montesión en Palma de Mallorca para cursar filosofía.
Allí trabó gran amistad con el portero Alonso Rodríguez, un anciano hermano
lego que le imbuyó la inquietud misional. En 1608 se trasladó a Barcelona para
estudiar teología. No pudo terminar los estudios, pues recibió una carta del
Provincial, fechada el 23 de enero de 1610, por la que se le concedía el
permiso para trasladarse a América, como era su deseo.
Claver viajó hasta Tarragona para
unirse a otros religiosos y seguir hacia Valencia y Sevilla, donde otros
jesuitas se sumaron al grupo. Embarcó en el galeón San Pedro (perteneciente a
la flota mandada por don Jerónimo de Portugal y Córdoba) que zarpó del puerto
andaluz en abril del mismo 1610, y arribó a Cartagena. Desde allí Claver y sus
compañeros emprendieron el camino a Santa Fe, remontando el río Magdalena y
tomando luego el camino de Honda.
El padre Claver ejerció su
apostolado con total dedicación, siguiendo el procedimiento empleado por el
padre Sandoval. Cuando el gobernador le anunciaba la llegada de un barco negrero,
trataba de averiguar de qué región procedía su “carga”, con objeto de buscar
los intérpretes adecuados para hablar con los esclavos. Los propietarios de
esclavos se negaban a suministrarle intérpretes o ponían muchos obstáculos,
motivo por el cual el Colegio de Cartagena terminó comprando un grupo de
esclavos-intérpretes oriundos de diversas regiones de África para que ayudaran
a Claver.
El 6 de septiembre de 1654
enfermó de gravedad y al día siguiente se le dio la extremaunción. A su muerte,
acaecida en la noche del 7 al 8 de septiembre de 1654, numerosos fieles habían
ido a visitarle. Tuvo unas solemnes honras fúnebres y fue enterrado en la
capilla del Santo Cristo, en la iglesia de la Compañía. El proceso de su
beatificación empezó en 1658. En 1747 fue declarado Venerable por Benedicto
XIV; fue beatificado en 1851 por Pío IX, y canonizado en 1888 por León XIII. Su
fiesta se celebra el 9 de septiembre.
Katherine Johana Pareja
Calderón
Décimo A
Gracias Katherine por tu trabajo!
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