domingo, 25 de marzo de 2012


Dios en la vida de los jóvenes

El Dios de la Vida que ha creado todas las cosas y acompaña a todas sus creaturas a lo largo de su existencia, ha tenido la iniciativa de hacerse presente en el caminar y en la vida de los jóvenes. No quiere dejarlos solos, especialmente en las situaciones más difíciles o cuando creen que están más alejados. Precisamente en esos momentos, su presencia se hace más visible y cercana.

El relato bíblico de Jacob lo asegura. Escapando de su hermano Esaú y volviendo a su tierra en busca de nuevas posibilidades para rehacer y realizar su vida, tuvo un sueño que lo transformó y lo hizo un hombre nuevo, convencido de la presencia y de la cercanía de Dios en su camino. Sus palabras a Jacob son las que vuelve a repetir hoy a los jóvenes:

“Estoy contigo. Te protegeré a donde vayas. No te abandonaré” y las que hacen reconocer

a Jacob que “realmente Yavé está en este lugar y yo no lo sabía” (Gen 28,10-17).

 



Los jóvenes que Dios llama hoy a ser protagonistas de las luchas de su pueblo, tampoco escapan a los problemas y sufrimientos del mismo pueblo al que quieren ayudar a liberar.

Sus actitudes de valentía, fidelidad, lucidez, amor y generosidad se entremezclan muchas veces con actitudes de miedo, traición, duda, egoísmo, tentación de abandono y postergación. Sin embargo, el Dios de la Vida sigue llamando...

“Numerosos jóvenes de hoy desean ser protagonistas de la evangelización y artífices de la renovación social’’

Sinceramente pienso que Jesús esta en la vida de todos y cada uno de los jóvenes del mundo porque todos lo necesitamos tanto de su ayuda como para agradecerle por todo lo maravilloso que nos da día a día, no debemos dejarlo ataras ni olvidarlo porque hay que recordar que es la persona que mas nos ama en el mundo.



San Lucas

Lucas el Evangelista (hebreo: לוקא, transliterado Lyka o Liká; griego: Λουκάς, Loukás) es considerado por la tradición cristiana el autor del Evangelio según san Lucas y de los Hechos de los Apóstoles. Fue discípulo de Pablo de Tarso.



Lucas de Antioquía, por lo tanto no era judío. Esto se ve
cuando Pablo lo separa de los circuncidados, 1 además de ser un hombre más de educación griega y de profesión médico. Estaba quizás también emparentado con el diácono Nicolás (un prosélito de Antioquía).2 Según reza la tradición, perteneció a los setenta y dos, esto es al grupo de seguidores de Jesús, pero según la exégesis las fechas de la escritura de sus obras no concuerdan en el tiempo. Sabemos que en la elaboración de su Evangelio Lucas hizo una rica investigación entrevistando a personas (incluyendo a los Apóstoles y tal vez a María, la madre de Jesús), que fueron testigos de estos hechos como se puede encontrar en el prólogo del Evangelio y que los Hechos de los Apóstoles es una continuación del mismo. Es el más largo y el mejor redactado por su elaboración exquisita del griego, como sólo una persona culta y sabia podía hacer en esa época. Lucanus (Lucas) se hizo cristiano mucho después y según la tradición conoció a María, la madre de Jesús, en una visita que hizo junto a Pablo.
laura ceballos-10a

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