domingo, 25 de marzo de 2012

Sentido de la vida y respuestas a el sentido de la vida

Sentido de la vida

El sentido de vida en una definición muy simple podría decirse que es la estrella que nos guía en el camino de la vida, que nos permite darle una dirección, “un norte”, para orientar nuestra acción aún cuando los accidentes nos desvíen de ese camino. A partir de esto, y lo podemos incluso medir en nuestra propia vida, nos aparecen sentidos que podríamos llamarlos más o menos provisionales. ¿Por qué provisionales? porque muchas veces tomamos un objetivo y lo elevamos a “sentido de vida”, y tanto por lograrlo, como por no lograrlo, nos exponemos a caer luego en un vacío de sentido o vacío existencial. El famoso “listo, ya lo tengo, ¿y ahora qué?”. Esos objetivos vitales convertidos en sentidos de vida son lo que podríamos llamar sentidos provisionales. No son malos de por sí, pero hay que saber que están expuestos al accidente, y que cualquier cosa que nos lo impida, o sea cual fuere la razón por la cual los perdamos, nos va a dejar en situación de vacío y de sufrimiento, incluso al alcanzarlos!

Por lo tanto un sentido de vida no provisional es un sentido tan elevado que puede guiarnos sea cual fuera nuestra situación en la vida. Por eso es que una estrella es una alegoría ideal, porque no importa lo que nos pueda pasar, o cuantas nubes nos impidan verla temporalmente, pero siempre está ahí y siempre podemos volver a guiarnos.
¿Cuál podría ser un sentido no provisional? por dar algún ejemplo “Amar la realidad que construyes”, o bien “Superar el dolor y el sufrimiento”. o bien “Humanizar el mundo”. Visto así uno podría querer ser científico y generar un aporte en medicina, y estarías dentro del “Superar el dolor”, o podrías querer ayudar a los demás de muy diversas maneras y estarías dentro del “Humanizar el mundo”, o sea, son deseos tan sintetizados y elevados que permiten guiarte siendo coherente con lo que pensás y sentís.
Este tema tiene mucho que ver con qué es el sufrimiento y cuales son sus vías ya que el sufrimiento suele ser mayor o menor dependiendo de nuestro estado respecto del sentido de la vida.
 Respuestas a el sentido de la vida

¿Cuál es el significado de la vida? ¿Cómo puedo encontrar propósito, realización y satisfacción en la vida? ¿Tendré el potencial para lograr algo de importancia duradera? Mucha gente nunca se ha detenido a considerar cuál es el significado de la vida. Años más tarde, miran hacia atrás y se preguntan por qué sus relaciones se han desmoronado y por qué se sienten tan vacíos, aún cuando pudieron haber conseguido lo que emprendieron. A un jugador de béisbol que figuraba en el paseo de la fama del béisbol se le preguntó, qué le hubiera gustado que le dijeran al principio, cuando empezó a jugar el béisbol. El respondió, “Deseo que alguien me hubiera dicho que cuando alcanzara la cumbre, no encontraría nada ahí”. Muchas metas revelan su vacío solamente después de que se han desperdiciado años en su búsqueda.

En nuestra sociedad humanística, la gente persigue muchos propósitos, pensando que en ellos van a encontrar significado. Algunas de estas búsquedas incluyen: éxito en los negocios, riquezas, buenas relaciones, sexo, entretenimiento, hacer el bien a otros, etc. La gente ha testificado que mientras alcanzan sus metas de riquezas, relaciones y placer, todavía hay un profundo vacío interior – un sentimiento de un vacío que nada lo parece llenar.



Sustentación

En Génesis, el primer libro de la Biblia, encontramos que Dios creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:26). Esto significa que somos más como Dios que como cualquier otro (que cualquier otra forma de vida). También encontramos que antes de que la humanidad cayera en pecado y la maldición cayera sobre la tierra, las siguientes cosas fueron verdad: (1) Dios hizo al hombre una criatura social (Génesis 2:18-25); (2) Dios dio al hombre trabajo (Génesis 2:15); (3) Dios tuvo compañerismo con el hombre (Génesis 3:8): y (4) Dios dio al hombre dominio sobre la tierra (Génesis 1:26). ¿Cuál es la importancia de estos puntos? Yo creo que por cada uno de estos, Dios intentó añadir a nuestro cumplimiento satisfacción en la vida, pero todo esto (especialmente el compañerismo del hombre con Dios) fue perjudicado por la caída del hombre en pecado y la maldición resultante sobre la tierra (Génesis 3).

En Apocalipsis, el último libro de la Biblia, al final de muchos otros eventos del fin de los tiempos, Dios revela que va a destruir esta tierra y cielo presentes como los conocemos, y conducirnos al estado eterno, al crear un nuevo cielo y una nueva tierra. En ese tiempo, El va a restaurar por completo el compañerismo con la humanidad redimida. Algunos van a ser juzgados indignos y arrojados en el Lago de Fuego (Apocalipsis 20:11-15). Y la maldición del pecado será disipada; no habrá más pecado, aflicción, enfermedad, muerte, dolor, etc. (Apocalipsis 21:4). Y los creyentes heredarán todas las cosas; Dios habitará con ellos, y ellos serán Sus hijos (Apocalipsis 21:7). De este modo, llegamos a un círculo completo en el que Dios nos creó para tener compañerismo con El, pero el hombre pecó, rompiendo ese compañerismo; Dios restaura ese compañerismo completamente, en el estado eterno, con aquellos considerados dignos por El. ¡Ahora, ir a través de la vida haciendo nada y todo, solamente para morir separados de Dios por la eternidad, sería peor que vano! Pero Dios ha hecho un camino no solamente para hacer posible la dicha eterna (Lucas 23:43), sino también esta vida satisfactoria y valiosa. Ahora, ¿cómo se obtienen esta dicha eterna y este “cielo sobre la tierra”?

Aporte Personal

La religión ofrece un sentido positivo de la vida, esta afirmación se enfrenta, de alguna manera, a las personas que afirman que la vida no tiene sentido.

Estas personas, han de enfrentarse a problemas, que van más allá de sus posibilidades, y deciden (generalmente), y no por sí mismo, que la mejor forma de salir del túnel es quitarse la vida, cuando ni siquiera en la religión (en Dios), encuentran la respuesta a tantas preguntas de supervivencia.

Hay que buscar, por tanto, una realidad que trascienda al hombre y al mundo y que pueda fundamentar la vida.

Esa realidad es, en la vida del cristiano, Jesús, lo más importante, será pues, nuestra relación con los demás, nuestra ayuda a los que no ven sentido en su vida, y mostrarles el camino, que no es otro que seguir creciendo y ayudando a los que de verdad han sufrido o están sufriendo en su vida.

Tomás de Aquino, Santo
 (1225-1274), filósofo y teólogo italiano, en ocasiones llamado Doctor Angélico y El principe de los Escolásticos, cuyas obras le han convertido en la figura más importante de la filosofía escolástica y uno de los teólogos más sobresalientes del catolicismo.
Nació en una familia noble en Roccasecca (cerca de Aquino, en Italia) y estudió en el monasterio benedictino de Montecassino y en la Universidad de Nápoles. Ingresó en la orden de los dominicos todavía sin graduarse en 1243, el año de la muerte de su padre. Su madre, que se oponía a la entrada de Tomás en una orden mendicante, le confinó en el castillo familiar durante más de un año en un vano intento de hacerle abandonar el camino que había elegido. Le liberó en 1245, y entonces Tomás viajó a París para completar su formación. Estudió con el filósofo escolástico alemán Alberto Magno, siguiéndole a Colonia en 1248. Como Tomás era de poderosa constitucion fisica y taciturno, sus compañeros novicios le llamaban Buey Mudo, pero Alberto Magno había predicho que "este buey un día llenará el mundo con sus bramidos".
2.Primeros años
Tomás de Aquino fue ordenado sacerdote en 1250, y empezó a impartir clases en la Universidad de París en 1252. Sus primeros escritos, en particular sumarios y explicaciones de sus clases, aparecieron dos años más tarde. Su primera obra importante fue Scriptum super quatuor libris Sententiarum Magistri Petri Lombardi (escrita aproximadamente entre 1254 y 1259), que consiste en comentarios sobre una obra influyente relacionada con los sacramentos de la Iglesia, Sententiarum libri quatuor (Cuatro libros de sentencias) del teólogo italiano Pedro Lombardo.
En 1256 a Tomás de Aquino se le concedió un doctorado en Teología y fue nombrado profesor de Filosofía en la Universidad de París. El papa Alejandro IV le llamó a Roma en 1259, donde sirvió como consejero y profesor en la curia papal. Regresó a París en 1268, y enseguida llegó a implicarse en una controversia con el filósofo francés Siger de Brabante y otros seguidores del filósofo islámico Averroes.

Natalia Ariza - Decimo A


1 comentario: