sábado, 24 de marzo de 2012

SAN MARTIN DE PORRES



FALSOS IDEALES 



¿ eres feliz con lo que tienes ?

 1-La busqueda de un cuerpo perfecto como el que aparece en los anuncios nos lleva a despreciar nuestro cuerpo.

 2-El sentirse infeliz con todo lo que se tiene y el ansiar siempre lo que no se tiene.

3-Creer que cuanto mas se tiene mas se gasta y se es mas feliz. 

4. dejarse guiar por moda y tecnologia.

5.nada material nos llena ,necesitamos mas y mas .

SON TODAS ESTAS COSAS LAS QUE LLENAN EN NOSOTRAS A CREARNOS UN ERRONEO SIGNIFICADO DE LO QUE QUEREMOS EN NUESTRA VIDA ,DEJANDONOS GUIAR POR LO QUE VEMOS A MENUDO EN CUALQUIER PARTE YA SEA EN EN NUESTRAS CASA ,CON NUESTROS AMIGOS,EN LA CALLE ,EN LOS FAMOS ETC .PROPORCIONANDO EN NOSOTROS Y HACIA LOS DEMAS UNA IMAGEN EQUIVOCADA DEJANDO ESA mascara  PARA MOSTRAR ES ALLI DONDE CREAMOS UN FALSO IDEAL .


APORTE PERSONAL    


En mi opinion los falsos ideales son en conclusion cosas que nos dan un placer momentanio creyendo que con eso tenemos la felicidad completa y que todo esta bien pero es realmente o mas bien es DIOS lo unico que realmente llena todas las expectativas y es la verdadera felicidad puesto que es el a quien recurrimos siempre y logra sanar nuestra angustias, el es un "placer" para siempre . tambien quiero añadir que esta sociedad consumista llevada por la tecnologia y la moda que vale recalcar no son malas pero si en ecxeso nos esta llevando a hundirnos en LOS FALSOS IDEALES .

SAN MARTIN DE PORRES



San Martín de Porres Velásquez (Lima, 9 de diciembre de 1579 – † 3 de noviembre de 1639) es un santo del Virreinato del Perú de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad.


VIDEO 




http://www.youtube.com/watch?v=bff9hQ_PjnQ 





BIOGRAFIA


Martín fue hijo de un español de la Orden de Alcántara, Don Juan de Porres (según algunos documentos, el apellido original fue Porras) natural de la ciudad de Burgos, y de una negra liberta, Ana Velázquez, natural de Panamá que residía en Lima.
Su padre, debido a su pobreza, no podía casarse con una mujer de su condición, lo que no impidió su amancebamiento con Ana Velázquez. Fruto de esta relación nació Martín y, dos años después, Juana. Martín de Porres fue bautizado el 9 de diciembre de1579 en la Iglesia de San Sebastián en Lima. El documento bautismal revela que su padre no lo reconoció, pues por ser caballero laico y soltero de una Orden Militar estaba obligado a guardar la continencia de estado.
Ana Velázquez dio cuidadosa educación cristiana a sus dos hijos. Juan de Porres estaba destinado en Guayaquil, y desde ahí les proveía de sustento. Viendo la situación precaria en que iban creciendo, sin padre ni maestros, decidió reconocerlos como hijos suyos ante la ley.

Martín inició su aprendizaje de boticario en la casa de Mateo Pastor, quien se casaría con la hija de su tutora. Esta experiencia sería clave para Martín, conocido luego como gran herbolario y curador de enfermos, puesto que los boticarios hacían curaciones menores y administraban remedios para los casos comunes. También fue aprendiz de barbero, oficio que conllevaba conocimientos de cirugía menor.
La proximidad del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario y su claustro conventual ejercieron una atracción sobre él. Sin embargo, entrar allí no cambiaría su situación social y el trato que recibiría por ser mulato y : no podía ser fraile de misa e incluso le prohibieron ser hermano lego.

SANTO 

Martín fue seguidor de los modelos de santidad de Santo Domingo de Guzmán, San José, SantaCatalina de Siena y San Vicente Ferrer. Sin embargo, a pesar de su encendido fervor y devoción, no desarrolló una línea de misticismo propia.
Se sabe que San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima terciaria dominica y San Juan Macías también dominico, se conocieron y trataron algunas veces, aunque no se tienen detalles históricamente comprobados de sus entrevistas.
La personalidad carismática de Martín hizo que fuera buscado por personas de todos los estratos sociales, altos dignatarios de la Iglesia y del Gobierno, gente sencilla, ricos y pobres, todos tenían en Martín alivio a sus necesidades espirituales, físicas ó materiales. Su entera disposición y su ayuda incondicional al prójimo propició que fuera visto como un hombre santo.
Aunque él trataba de ocultarse, la fama de santo crecía día por día. No había familia en Lima que no hubiese recibido ayuda de Martín de Porres de alguna forma u otra. También, muchos enfermos lo primero que pedían cuando se sentían graves era: "Que venga el santo hermano Martín". Y él nunca negaba un favor a quien podía hacerlo.
Hacia 1619 comenzó a sufrir de cuartanas, fiebres muy elevadas que se presentaban cada cuatro días; este mal se le fue agudizando y duró el resto de su vida, aunque continuó cumpliendo con sus obligaciones. Con el correr del tiempo, Martín fue ganando no sólo fama de santo sino que empezó a ser temido. La imaginería popular se desconcertaba ante sucesos sobrenaturales, algunos de ellos no presenciados pero conocidos de oídas. Comenzaron a correr rumores de que deambulaba por el claustro en las noches, rodeado de luces y resplandores. También causaban miedo sus apariciones inesperadas y sus desapariciones inexplicables

MILAGROS ATRIBUIDOS


Las historias de sus milagros son muchas y sorprendentes, éstas fueron recogidas como testimonios jurados en los Procesos diocesano (1660-1664) y apostólico (1679-1686), abiertos para promover su beatificación. Buena parte de estos testimonios proceden de los mismos religiosos dominicos que convivieron con él, pero también los hay de otras muchas personas, pues Martín de Porres trató con gentes de todas las clases.
Se le atribuye el don de la bilocación. Sin salir de Lima, fue visto enMéxico, en África, en China y en Japón, animando a los misioneros que se encontraban en dificultad o curando enfermos. Mientras permanecía encerrado en su celda, lo vieron llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos o curarlos. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, siempre respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
Se le reputó control sobre la naturaleza, las plantas germinaban antes de tiempo y toda clase de animales atendían a sus mandatos. Uno de los episodios más conocidos de su vida es que hacía comer del mismo plato a un perro, un ratón y un gato en completa armonía.
Se le atribuyó también el don de la sanación, de los cuales quedan muchos testimonios, siendo las más sorprendentes la curación de enfermos desahuciados. "Yo te curo, Dios te sana" era la frase que siempre solía decir para evitar muestras de veneración a su persona. Según los testimonios de la época, a veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación. Normalmente los remedios por él dispuestos eran los indicados para el caso, pero en otras ocasiones, cuando no disponía de ellos, acudía a medios inverosímiles con iguales resultados. Con unas vendas y vino tibio sanó a un niño que se había partido las dos piernas, o aplicando un trozo de suela al brazo de un donado zapatero lo curó de una grave infección.
Muchos testimonios afirmaron que cuando oraba con mucha devoción, levitaba y no veía ni escuchaba a la gente. A veces el mismo Virrey que iba a consultarle (aún siendo Martín de pocos estudios) tenía que aguardar un buen rato en la puerta de su habitación, esperando a que terminara su éxtasis.
Otra de las facultades atribuidas fue la videncia. Solía presentarse ante los pobres y enfermos llevándoles determinadas viandas, medicinas u objetos que no habían solicitado pero que eran secretamente deseadas o necesitadas por ellos. Se contó además entre otros hechos, que Juana, su hermana, habiendo sustraído a escondidas una suma de dinero a su esposo se encontró con Martín, el cual inmediatamente le llamó la atención por lo que había hecho. También se le atribuyó facultades para predecir la vida propia y ajena, incluido el momento de la muerte.
De los relatos que se guardan de sus milagros, parece deducirse que Martín de Porres no les daba mayor importancia. A veces, incluso, al imponer silencio acerca de ellos, solía hacerlo con joviales bromas, llenas de donaire y humildad. En la vida de Martín de Porres los milagros parecían obras naturales.


JENNY JULIANA GONZALEZ JIMENEZ  10 A 




1 comentario:

  1. Muy bueno tu aporte... muchas veces le damos más importancia a lo que hacemos en grande, pero si nos damos cuenta desde los pequeños detalles podemos construir grandes cosas, nuestro SER...


    MILENA..

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