domingo, 25 de marzo de 2012

SENTIDO DE LA VIDA:
 La vida debería de ofrecernos suficientes razones para seguir viviendo sin necesidad de optar por la radical solución de la auto aniquilación. Tampoco deberíamos necesitar la existencia de otra vida para que esta vida sea digna de vivirse. Estas actitudes son las contrarias que debería de adoptar alguien que tenga una actitud positiva respecto a la vida humana. Quien mantenga que la vida no tiene sentido alguno, o supone que es mejor no existir -y si no comete suicidio será por motivos psicológicos, que no lógicos- supone que la vida sólo adquiere dignidad si se complementa con otra ultramundana que compense los males de este mundo. Esto no quiere decir que no debemos creer en la Existencia de una vida eterna con Dios; sino que no podemos basar toda nuestra vida en la existencia de otra vida más allá de la muerte: debemos vivir esta vida con verdadero sentido sin caer en ninguno de estos dos extremos.

En medio de estos dos extremos encontraríamos otras posturas más o menos cercanas a uno de los polos. Por ejemplo, podríamos pensar que la vida trae tantos problemas y deja abiertos tantos interrogantes al ser humano que se hace difícil afirmar que la vida tenga sentido. Pero podría ser que la vida no tenga sentido en su sentido más estricto y que nuestra tarea consistiera en ir dando algún sentido. Esta actitud no cae en ninguno de los extremos antes citados: todo el sentido esta aquí - nos referimos a creer que el único sentido es la otra vida- o aquí no hay ningún sentido -los que piensan que la vida carece de sentido.
SUSTENTACIÓN:
En la vida son tantos los deseos y tan poca la realidad, tan grande la injusticia y tan mínima la justicia que suenan extrañas las voces de los que afirman que la vida tiene sentido por sí misma. Pero el que la vida sea difícil de entender y de vivir no quiere decir que tengamos que optar por el suicidio o por colocar el sentido en un más allá, y para ello hay varios motivos:
- La vida humana se extiende en el tiempo, es decir, que no podemos tener en cuenta todo nuestro pasado y futuro sólo por un momento en el que no consigamos encontrar el sentido de nuestra vida.
- La vida humana consiste en dar sentido a todo lo existente. Es verdad que esto no sólo produce satisfacciones, pero por el camino hay una serie de bienes que no son pocos y que merece la pena ser experimentados.
- El ser humano no puede adivinar el futuro, así que en el insatisfactorio día a día siempre podemos albergar la esperanza de que nuestra vida mejorará; y esto puede convertirse en realidad por muy difícil que lo tengamos.
APORTE PERSONAL:
El verdadero éxito de la vida es encontrarle un sentido a ella un propósito por el cual la vida se encamine, halle su rumbo propio, al encontrar este sentido, cualquier cosa que se haga por muy pequeña que sea va tener un significado único individual para cada persona, hallar el sentido de la vida es saberse plenamente dentro de un todo, para así alcanzar el desarrollo propio del espíritu mismo.  


SAN FILOMENA: hija de luz 
El 24 de mayo de 1802, la fiesta de María Auxilio de los cristianos, unos excavadores encontraron una pequeña cavidad desconocida en las catacumbas de santa Priscila. Fue un descubrimiento extraordinario, pues todas las reliquias en ese cementerio ya habían sido sacadas en el siglo decimosexto. Todo indicaba que la tumba se hallaba exactamente igual a cuando depositaron allí sus sagrados restos, hace siglos. La cripta estaba sellada con tres losas de terracota que llevaban la inscripción: Lumena — Pax Te — Cum Fi. Muy posiblemente, las losas fueron mal colocadas en la prisa por enterrarla, ya que, cuando se reacomodan, se lee en latín: Pax Tecum Filumena(la paz sea contigo Filumena). En las losas también estaban pintados con rojo vivo un ancla, dos flechas, una lanza, una palma y una liliácea, con lo cual parecía indicarse la tumba de una virgen mártir. Se puso fin a la excavación y se fijó la exhibición del sarcófago para el día siguiente.
Al abrir la tumba, se encontró el esqueleto de una jovencita de 12 ó 13 años, y cerca de su cabeza se hallaba un jarrón medio quebrado que contenía lo que luego resultó ser su sangre ya seca. Mientras los expertos transferían ciudadosamente esto último a una urna de cristal claro, quedaron sobresaltados por la aparición de hermosas gemas brillantes. El cardenal Ruffo Scilla, quien renovó los sellos del nuevo relicario tras la colocación de la sangre en una urna, declaró en la autentificación: «Y hemos visto su sangre transformarse en varias piedras preciosas y brillantes de varios colores...». Los innumerables prodigios operados por esta preciosa reliquia están, sin duda, entre las más grandes maravillas del mundo cristiano.
Los huesos, las cenizas y la sangre fueron exhumados y colocados con mucho cuidado en una caja de madera; luego de ser abierta, los expertos examinaron minuciosamente de nuevo los contenidos. Después se redactó una declaración jurada y fue firmada por doctores, teólogos, expertos en biología y física, así como jueces civiles y eclesiásticos. Las reliquias se transfirieron a una caja de ébano forrada de seda, la cual fue sellada en tres lados, y bajo la guardia de honor fue transportada solemnemente a la custodia del Vicario cardenal para esperar las órdenes del Papa para su depósito en una iglesia. A pesar de la naturaleza extraordinaria del milagro de la sangre, no hubo acción precipitada por parte de la Iglesia. Procediendo con su característica y sabia lentitud, inició una investigación jurídica.
Stefanny Camila Goenaga Patiño 10D 

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